martes, 27 de octubre de 2015

Sólo se muere una vez

“Hay dos cosas que son infinitas: el universo y la estupidez humana. Aunque del primero no estoy tan seguro”
 
Los Darwin son unos premios que se otorgan simbólicamente cada año a las muertes más absurdas y espectaculares, cuya causa es la poca capacidad intelectual demostrada por las personas fallecidas.


Así, se muestra el agradecimiento a estas personas por eliminarse a sí mismos, excluyendo sus genes del acervo genético humano y del proceso evolutivo, al dar por supuesto que esto mejora nuestra especie. 

La idea de los premios Darwin comenzó en 1985 con un intercambio de correos y discusiones de grupo en internet acerca de noticias de muertes absurdas. Se difundían listas con los ganadores anuales, hasta que en 1994 toma las riendas de los premios Wendy Northcutt, una bióloga molecular de la Universidad de Stanford (EEUU), que crea una página web oficial llamada Darwin Awards.

Los requisitos exigen que los candidatos deben causar su propia muerte sin haber dejado descendencia.
Habitualmente, no se admiten suicidios ni intentos de suicidio, salvo en algunos casos en los que los candidatos demuestran una falta de sensatez y una imprudencia únicas y asombrosas.

Éste sería el caso de un hombre al que se concedió una Mención Honorífica en 2001 (Michigan) por intentar suicidarse ingiriendo píldoras de nitroglicerina con ayuda de vodka.
Como esto no dio el resultado esperado, pensó (más bien, se le ocurrió) que podría hacer detonar las pastillas embistiendo repetidamente su cuerpo contra una pared.
Fue ingresado en un hospital para ser atendido por los golpes. 
Merecedora de otra Mención Honorífica es la historia de Larry Walters, camionero de Los Ángeles, que tenía el sueño desde niño de ser aviador. Había intentado ser piloto militar, pero sus problemas de vista ocasionaron que la Fuerza Aérea norteamericana lo rechazara por incapacidad física.
En 1982, compró 45 globos sonda meteorológicos y varios tubos de gas helio. Ancló mediante una cuerda su confortable tumbona de jardín a la defensa de su camioneta. Ató los globos al armazón de la silla y los llenó con helio. Bautizó a su tumbona voladora con el nombre de "Inspiración I" (dando a entender que no iba a ser su único intento) y se proveyó de una radio, varias latas de cerveza, unos bocadillos y un rifle de aire comprimido.
Larry Walters
Su inteligente plan era dar un tranquilo paseo sobrevolando, a unos 9 metros de altura, el valle en el que vivía. El rifle era su elaborado método de descenso, pues pensaba utilizarlo disparando a los globos para bajar hasta el suelo.
Cuando estuvo todo preparado, se sentó en la tumbona, se ató a ella con unas correas y soltó la cuerda que lo unía al vehículo.
Se ve que no había hecho bien los cálculos de la fuerza ascensional, la flotabilidad de los globos y el empuje aerostático, pues, en lugar de ascender suavemente hasta los 9 metros de altura como había pensado, salió disparado a toda velocidad hasta una altura de 4.800 metros, distancia a la que quedó en estado estacionario.
Larry no se atrevía a moverse ni a soltar las manos de la silla, a la que se mantenía aferrado con las uñas clavadas, pues se encontraba en una situación muy inestable. Además de que, a esa altitud debía tener congeladas hasta sus ingeniosas ideas.
Por si esto fuera poco, la zona en la que se encontraba era el corredor de aproximación a las tres pistas principales del Aeropuerto de Los Ángeles.
Los pilotos de dos aviones transmitieron a la torre de control que habían visto a un hombre subido a una silla de jardín, atada a un montón de globos.
Tras los primeros momentos de comprensible incertidumbre, comenzaron a escanear todas las frecuencias posibles hasta que consiguieron comunicarse con el peculiar aeronauta, ordenándole el descenso, a lo que él contesta una y otra vez que le es imposible.
Lugar en el que Larry Walters "aterrizó"

Cuando ya llevaba 14 horas en esta situación y próximo a la hipotermia, le envían dos reactores de un grupo de combate aéreo que le instan a que descienda como él prefiera, por las buenas o por las malas.
Ante esta perspectiva, Larry apunta a los globos con su rifle y comienza a reventarlos precipitándose descontroladamente hacia tierra. Se queda enganchado a unos cables de alta tensión y provoca un apagón que deja toda Long Beach sin electricidad durante 20 minutos.
Un destacamento del Departamento de Policía de Los Ángeles estaba esperándolo para llevarlo detenido. En ese momento, un periodista enviado a cubrir el suceso pregunta a Larry: "¿Por qué lo hizo?". A lo que él responde: "¿Qué quieren? ¿Qué me pase toda la vida sentado en mi casa?".
Fue multado con 1.500 dólares. Pero batió con su hazaña el récord mundial de altitud para formaciones de globos de helio y fue premiado con un Darwin Honorífico "a pesar" de no haber muerto en el intento.
Desde entonces es conocido como “Tumbona Larry”.

Otros candidatos destacados son:

Finalista 1999 (Camboya).
Los conflictos armados han sembrado Camboya de numerosas minas, muchas de las cuales no ha explosionado. Algunas personas las encuentran y recogen, desatendiendo el consejo de las autoridades recomendando no manipularlas.
Tres amigos pasaban la tarde en un café sentados a una mesa, cuando uno de ellos sacó una mina antitanque sin detonar y no se le ocurre otra cosa que jugar con sus compañeros a una especie de ruleta rusa, pasándola por debajo de la mesa y turnándose para pisarla.
La mina explotó bajo el pie de uno de ellos y, como era previsible, los tres ganaron.
¿Qué alcance pensaban que tiene una mina antitanque?

Nominado 2001 (Hungría).
Dos granjeros murieron y un tercero fue hospitalizado con heridas graves después de que los tres trataran de matar a un cerdo con un artefacto eléctrico de fabricación casera.
Uno de ellos se electrocutó a sí mismo cuando trataba de poner en funcionamiento el aparato. El anciano propietario del cerdo, con la impresión causada por la tragedia que se desarrollaba ante sus ojos, sufrió un ataque al corazón y murió. 
El tercer granjero intentó ayudar al primero tirando del enchufe. Sufrió descargas eléctricas pero sobrevivió.
El cerdo regresó sano y salvo a su pocilga.
Porcinos: 3 - Humanos: 0

Nominado 2007 (Alemania).
Para acabar con los topos de su jardín, a un hombre alemán se le ocurrió electrocutarlos clavando barras metálicas en el suelo y conectádolas, no a la red doméstica, cosa que ya sería bastante arriesgada, si no a una línea de alto voltaje.
¿De verdad pensaba que no iba a morir?
Cuando descubrieron su cuerpo, la policía tuvo que desconectar el interruptor principal antes de entrar en la propiedad pues todo el terreno estaba electrificado.
La fecha exacta de la muerte del temerario alemán no pudo determinarse, pero la factura eléctrica tal vez proporcione alguna pista.

Premio Darwin 2008 (Océano Atlántico frente a la costa de Brasil).
El sacerdote Adelir Antonio de Carli quiso establecer un récord mundial de vuelo con globos, con el fin de recaudar fondos para la construcción de un lugar para el reposo espiritual de camioneros. Emulando a "Tumbona Larry", ató a un asiento 1.000 globos de fiesta inflados con helio, pretendiendo viajar de esta manera unas 19 horas, desde Paranaguá, en el sur de Brasil, hasta Dourados, cerca de Paraguay.
Cuando ascendió, el viento había cambiado de dirección (es de esas cosas extrañas que hace el viento) y, en lugar de dirigirse hacia el interior, fue empujado mar adentro.
El sacerdote en su despegue
Iba provisto de un paracaídas, por si se daba la poco probable circunstancia de un eventual contratiempo, pero no lo utilizó mientras sobrevolaba tierra firme.
Desde su móvil llamó a emergencias, quienes le pidieron que facilitase su posición mediante el dispositivo GPS que llevaba consigo y que no se había molestado en aprender a utilizar.
Desgraciadamente, no tuvieron suficiente tiempo para explicarle su funcionamiento, pues tampoco había cargado la batería del teléfono.
Durante días, pedazos de globos de colores fueron encontrados por playas y zonas costeras. Su cuerpo apareció en el mar dos meses despues de su despegue. 
Supongo que es lo que tiene la fe, que te hacer pensar que, guiado por ella, no necesitas GPS.
 
Apenas existen mujeres candidatas a los premios Darwin. En los últimos, otorgados en 2014, los hombres representan casi el 90%. Este hecho es aprovechado pretendiendo demostrar que los hombres son más tontos que las mujeres. Yo, simplemente, creo que son más osados y más propensos al consumo de drogas y alcohol.
Lo cierto es que los Darwin son unos premios macabros, y puede que sea inmoral tomar a broma las muertes de estas personas, pero creo que ellas mismas se reirían también de unas tragedias como éstas. Además de que lo raro, en la mayoría de los casos, sería que los protagonistas no murieran.




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